Palabra del año
¡Feliz Año Nuevo!
No me gusta mucho los propósitos de Año Nuevo, pero ¿alguna vez has elegido una palabra para el año? No como recatada, que fue elegida por Dictionary.com como la palabra del año 2024. Esta palabra adquirió fama viral en TikTok y, antes de que nos diéramos cuenta, estaba en todas partes. Bueno, no estoy segura de ser recatada, y no estoy hablando de ese tipo de palabra del año. Me refiero elegir una palabra que sea el tema de tu año. En 2024, mi palabra fue PAUSA. Aunque he hecho grandes mejoras en esta área en el último año, todavía tengo un largo camino por recorrer. Para 2025, estoy pensando en que mi palabra sea Maranatha. «¡¿Qué?!», seguramente te preguntaras. Bueno te lo explicaré.
Maranatha es una palabra aramea que significa «Ven, Señor Jesús». Es una de las primeras oraciones de las que se tiene constancia. Acabamos de celebrar el tiempo de Adviento, que consiste en esperar la venida de Cristo. De hecho, la palabra en latin adventus significa «ven». Hay una verdadera belleza en el espíritu de esperanza que rodea al Adviento, y me preguntaba cómo sería enfocarme en este año.
Bernardo de Claraval, un monje del siglo XII, dijo que Cristo viene de tres maneras diferentes:
En Belén (en Navidad)
Al final de los tiempos (Segunda Venida)
En la vida de los creyentes todos los días.
Muchas de nosotras no consideramos el hecho de que Jesús prometió regresar. De hecho, escuché a alguien decir en un estudio bíblico que nunca se había enterado de que Él volvería. Es cierto que ha sido una larga espera, pero después de estudiar el libro de Mateo este semestre, recordé que el lento regreso de Dios es para nuestro beneficio. Él sufre mucho esperando que nos volvamos a Él. Él Nos persigue, nos corteja, quiere relacionarse con nosotras. Uno de mis versículos favoritos es 2 Pedro 3:9: «El Señor no tarda en cumplir su promesa, como algunos tienen por tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos lleguen al arrepentimiento». Dios está esperando pacientemente a que llegue de nuevo el momento óptimo en la historia.
Cuando digo Maranatha este año, quiero mirar con esperanza a la Segunda Venida de Cristo. Quiero recordar que Él vendrá de nuevo, no como un bebé indefenso, sino como un Rey victorioso, coronado de poder y en una nube. Vendrá a corregir lo que está mal.
Mientras tanto, quiero aplicar la espera de Maranatha a mi vida cotidiana; vivir una vida que demuestre que Cristo está en mí. Quiero esperar bien, manteniéndome firme y sin perder la esperanza. Quiero creer que Él está obrando, aunque yo no lo vea. Quiero esperar con anticipación a que Él trabaje en mi vida y en la vida de aquellos que amo.
Recientemente he estado practicando como invitar a Jesús a las circunstancias y pruebas diarias de mi vida. Hago una pausa, respiro y digo: «Jesús, te invito a entrar en esta situación». De este modo presto atención a Su presencia en lo que sea que esté pasando en ese momento. A veces, olvido que Él está conmigo, y trato de manejar todo con mis propias fuerzas. Cuando lo invito a entrar, en mi vida reconozco que Él tiene el control. Maranatha, Ven, Señor Jesús.
Quizá Maranatha lleve la esperanza incluida. Si creo que Jesús volverá, debo tener esperanza. He mencionado en blogs anteriores que soy una mujer con «oraciones aún sin respuesta» que me causan verdadera angustia. Esta temporada ha sido una bendición de que Dios hace lo que hace en su propio tiempo.
Había muchas de las que debieron parecer «oraciones sin respuesta» en la época de la de Jesús. (No digo nacimiento porque Jesús no había nacido realmente cuando vino a la tierra. Siempre lo ha estado). Dios había estado en silencio durante más de 400 años cuando Jesús llegó a Belén. La gente debió perder la esperanza. Debieron sentir que Dios no escuchaba sus oraciones. O consideraban a los ancianos Zacarías y Elisabeth (los padres de Juan el Bautista que se encuentran en Lucas 1. Juan era el primo de Jesús y el que le preparó el camino). Imagina cuántas veces habían orado por un bebé sin obtener respuesta. Cuando toda esperanza se había perdido, cuando Elizabeth estaba muy avanzada en años, Dios le dio un niño. Ahora veo que no era que Dios no estaba escuchando (y amando), es sólo que Él hace lo que hace en su propio tiempo.
Para 2025, proclamo Maranatha como grito de esperanza. Creo que haré de Romanos 15:13 el versículo que lo acompañe: «Que el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que, por la fuerza del Espíritu Santo, abundéis en esperanza». Hay tanta ESPERANZA en ese versículo y el resultado es que Él nos llena de alegría y paz.
Esa es mi oración para ti en 2025. ¡MARANATHA! ¡Que tu año esté lleno de esperanza, alegría y paz!
ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA
Bonnie Kotler y su esposo Mitch tienen dos hijas, tres hijos, cuatro nietos y tres perritos. Fue ama de casa durante muchos años antes de regresar a la fuerza laboral después de recibir su Maestría en Consejería y Relaciones Humanas de la Universidad de Villanova. Ella es una consejera profesional licenciada en The Peacemaker Center y en su consultorio privado, True North Counseling. Bonnie ha estado en el equipo de enseñanza del ministerio de mujeres de Willowdale desde 2012. Los estudios Bíblicos han sido una parte importante en su caminar como creyente, y a su vez, le encanta ayudar a otras mujeres a encontrar la paz con Dios y crecer en su fe. Le gusta escribir material para el estudio Bíblico, leer ficción, pasar tiempo con la familia y hacer cualquier cosa bajo el sol. A Bonnie le encanta reír y considera que la risa es la mejor medicina. Salmo 126:2
ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA
Silvia Cubos nació en la ciudad de México, y se crio en la ciudad de Toluca, es la mayor de 5 hermanos. Estudió comunicación y después de graduarse llegó a este país en 1996 donde tuvo la oportunidad de estudiar Ingles y Educación temprana. Silvia ha trabajado como maestra, interprete y trabajadora social. Desde los 17 años Silvia ha sentido el llamado de servir al Señor y orar por las necesidades de otros, ahora lo hace en Willowdale en Español desde 2019. Silvia disfruta cocinar comida mexicana, caminar al aire libre con sus dos hijas y su perro; para terminar el día le gusta disfrutar de un helado de fresa.