Iluminando el camino hacia el Mesías

Cuando era muy pequeña, iba a casa de mis tíos abuelos en Nochebuena. Esto implicaba un viaje de siete horas en coche los días anteriores, un traje especial de Navidad elegido con anticipación y regalos cuidadosamente planeados y envueltos. Era casi abrumador para una niña pequeña: la emoción, la comida, la inminente visita de Papá Noel... ¡y los regalos!

Recuerdo que asistía impaciente a los servicios de Nochebuena, inquieta, jugando con las joyas de mis tías y, en general, molestando. Por fin terminaba el servicio, el coro, y se daban y recibían las felicitaciones, ¡y ya podíamos irnos!

Fuera, el aire sería fresco y el cielo estaría oscuro. Las luces de Navidad titilaban en las ventanas de las casas por las que pasábamos, y por todas partes, en las aceras de Downingtown, estaban las luminarias. Los saquitos de arena y las velas que los vecinos colocaban y encendían cuidadosamente eran algunos de los recuerdos más mágicos que conservo. Era un tranquilo soplo de paz dentro de la euforia de la noche. La expectación por los regalos que estaba a punto de recibir era palpable; pero durante ese breve instante, toda la emoción quedaba suspendida. Había asombro en esas luces silenciosas de la noche y la oportunidad de permanecer afuera en el frío antes de caminar ansiosamente hacia el calor y el amor.

No me resulta difícil imaginar que las luces brillantes que veo a mi alrededor durante la Navidad apuntan al Mesías prometido. Hacemos bien en recordar que este mundo no es nuestro hogar; el dolor, el sufrimiento y el pecado que nos rodean no es como nuestro querido Padre quiere que vivamos.

Para mí, las luminarias significan los bellos momentos que vivimos, la bondad del Señor en la tierra de los vivos y, sobre todo ello, la promesa del Cielo Nuevo y la Tierra Nueva. Son luces a lo largo del camino; no hacia los tíos abuelos, sino un camino hacia el regalo de la vida eterna y la presencia de Dios.

Busca un lugar tranquilo. 

Enciende una vela. 

Reflexiona. 

Confía en Él. 

Anticipa los regalos que tu Amor Verdadero quiere darte.

Perdón, Salvación, Gracia, Amor sin fin, Vida eterna.

Feliz Navidad.


ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Sarah Flowers vive en la campestre ciudad de Chadds Ford, donde ella está rodeada de belleza y conexión con la tierra y su historia. Le encanta el café y las flores y conocer a Jesús. Eterna aprendiz, busca seguir el plan de Dios para llevar la justicia a los menos favorecidos. Sarah se declara optimista en serie y melómana; ¡siempre hay un camino hacia el lado soleado y una banda sonora para el viaje! Es madre y esposa y una exalumna agradecida de la Universidad de Northwood. Sus experiencias anteriores incluyen profesional de la industria automotriz y diva de los zapatos. Sarah sirve en el equipo de diáconos en la capilla de Willowdale.

ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA

Maritza Zavala Smith nació en Guanajuato, México, y se trasladó a los Estados Unidos cuando tenía siete años. Estudió Salud Pública en Penn State, donde conoció a su esposo. Llevan 8 años casados y tienen dos niños gemelos y una bebe. A Maritza le encanta viajar y bailar salsa. Cuando no está deleitándose con el té verde matcha con leche y estando al aire libre con sus seres queridos, puedes encontrarla aventurándose con su tribu a través de los libros.