236 mil millones de dólares, 27 millones, 80%, 50 millones
¿Qué tienen estos números en común?
Todas son estadísticas de trata de personas.
La trata de personas es una industria que genera 236 mil millones de dólares (Organización Internacional del Trabajo, 2024)
En la actualidad, 27 millones de mujeres y niñas son víctimas de trata en todo el mundo (OIT, Fundación Walk Free y OIM, 2022).
El 80% de todas las víctimas de trata sexual en Venezuela son mujeres y niñas migrantes (Departamento de Estado de EE. UU., 2022)
Se estima que 50 millones de personas siguen esclavizadas en la actualidad (OIT, Fundación Walk Free y OIM, 2022)
Estas cifras parecen increíblemente grandes y abrumadoras. Y es ahí donde Dressember (Diciembre de Vestidos) y la Misión Internacional de Justicia (International Justice Mission) entran en acción.
Este es mi cuarto año participando en Dressember (Diciembre de Vestidos). Dressember (Diciembre de Vestidos) Blythe Hill fundó Dressember. Se enteró del devastador problema de la trata de personas y quiso ayudar. En 2009, usó un vestido todos los días de diciembre para recaudar dinero y generar conciencia para ayudar a combatir la trata de personas. Desde entonces, Dressember se ha expandido para incluir a miles de personas en todo el mundo. El desafío Dressember tiene dos objetivos: demostrar que se puede hacer cualquier cosa con un vestido (o corbata), incluso recaudar fondos, y generar conciencia sobre la trata de personas. A quienes participan no solo se les anima a usar vestidos/corbatas y recaudar fondos, sino también a publicar información sobre la trata en las redes sociales y usar botones de “Pregúntame sobre mi vestido/corbata” para facilitar la conversación sobre este problema.
Todos los fondos recaudados por Dressember este año se destinarán a la Misión de Justicia Internacional(IJM), una organización mundial que protege a las personas en situación de pobreza de la violencia. Colaboran con las autoridades locales en 33 oficinas de programas en 19 países para combatir la trata y la esclavitud, la violencia contra las mujeres y los niños y el abuso de poder por parte de la policía.
Durante un año y medio (de junio de 2018 a noviembre de 2019) fui Becaria de Cuidados Posteriores para IJM en el sur de Asia. El objetivo de esta oficina era luchar contra la trata de personas con fines de explotación sexual. Pude ver de primera mano el increíble trabajo que está haciendo IJM. Tienen un enfoque holístico: desde la investigación hasta el rescate, pasando por el procesamiento de los perpetradores y los programas de seguimiento que facilitan la recuperación de los supervivientes. Se basan en datos y ponen un gran énfasis en la formación de las fuerzas del orden, los fiscales, los proveedores de seguimiento, etc., con el objetivo de que ya no sean necesarios. Quieren que disminuyan las cifras de trata, pero también quieren transferir habilidades y conocimientos para cambiar los sistemas internamente y lograr impactos duraderos. ¡Y está funcionando! En un estudio reciente se descubrió que IJM redujo la esclavitud y la violencia entre un 50% y un 85% en nueve jurisdicciones diferentes en todo el mundo.
Así que ese es el panorama general. Llevándolo a un nivel más personal está la historia de Joy (un seudónimo.) Su tía la explotó sexualmente en línea, pero con la ayuda de IJM, las autoridades locales arrestaron a la tía de Joy y la rescataron a ella y a otras personas. He proporcionado los enlaces al video de su historia (La historia de Joy - Youtube) así como el relato escrito (Lea la historia de Joy). Tenga en cuenta que, aunque está hecho con buen gusto, se tratan temas de abuso y abuso sexual. Es difícil de ver y leer, una verdad incómoda, sin duda. Pero creo que es importante no solo estar al tanto de las estadísticas y el increíble trabajo de Dressember y de IJM, sino también conocer la historia real de una niña que sufrió un abuso horrible, fue rescatada y ahora es trabajadora social autorizada y miembro de la Red de Supervivientes de Filipinas..
Pero, dejando de lado las estadísticas y las historias personales, la verdadera fuerza que me impulsa a actuar es que Dios tiene un corazón para la justicia. A continuación, se presentan algunos versículos que reflejan esto:
Amós 5:24
Pero que fluya el derecho como las aguas, y la justicia como un arroyo inagotable.
Miqueas 6:8
¿Y qué es lo que espera de ti el SEÑOR?: practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente ante tu Dios.
Isaías 1:17
Aprendan a hacer el bien; busquen la justicia y restituyan al oprimido; aboguen por el huérfano, y defiendan a la viuda.
Espero que esta publicación de blog concientice sobre este problema, pero también que despierte en ti el deseo de participar para ayudar a ponerle fin. Como afirmó el fundador de IJM, Gary Haugen: “Nada sucede simplemente porque somos conscientes de la esclavitud moderna, pero nada sucederá hasta que lo seamos”.
Y si quieres saber más, envíame un mensaje en la sección de comentarios a continuación. Estaré encantada de charlar contigo en cualquier momento.
ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA
Danielle (Dani) Rupp creció en un pequeño pueblo de Ohio y es una verdadera fanática de los Buckeyes, aunque trata de no ser odiosa al respecto. En 2011 llegó a Pensilvania para obtener su Maestría en Trabajo Social. Después de la graduación Dani aceptó un puesto como terapeuta de salud mental para niños y adolescentes en Coatesville. También fue niñera durante varios años. Durante ese tiempo vivió en Kennett Square y asistió Willowdale Chapel. Regresó hace varios años del sur de Asia, donde aprendió a tolerar la comida picante y a cruzar las carreteras sin ser atropellada, además de ser voluntaria en la Misión Internacional de Justicia en su Departamento de Atención Posterior. En su tiempo libre, Dani disfruta de ir a viajes misioneros/viajes, correr, leer, y conectarse con sus seres queridos-preferiblemente con un café y un dulce.
ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA
Ana León nació en México y emigró a los Estados Unidos a los 9 años. Vivía en Kennett Square, Pennsylvania, pero su familia se mudó a Wilmington, Delaware, donde Ana conoció a su novio de la secundaria con quien ha estado casada por más de 13 años. Son padres de dos niños, uno de 14 años y otro de 11 años. Ana ha traducido e interpretado profesionalmente por más de 13 años. Comenzó a asistir a Willowdale En Español en el 2018 y sirvió como una de las intérpretes del servicio durante un año. Actualmente es parte del personal de Willowdale como la Coordinadora de los Programas del Ministerio de Niños. En su tiempo libre le gusta ir a la playa, pintar, leer, y escribir.