Perseguidos por el Príncipe de la Paz

Me gustaría presentarles a un héroe mío llamado Louis Zamperini. Su historia puede resultar familiar para algunos, ya que fue relatada en el best-seller Inquebrantable. La historia narra su problemática juventud y su ascenso en el mundo del atletismo hasta convertirse en atleta olímpico en 1936. La mayor parte del libro se centra en las experiencias de Louis en la Segunda Guerra Mundial. Tras sobrevivir a un accidente aéreo en el mar y permanecer 47 días a la deriva en una balsa, Louis fue capturado por el enemigo y permaneció dos años prisionero de guerra. Aunque sufrió torturas y degradación, Louis aguantó y regresó a casa como un héroe.

Pero la guerra volvió a casa con Louis. Tuvo pesadillas violentas y se hundió en el alcoholismo. Su ira hizo que se descarrilara en todos los aspectos de su vida. Su guerra interna hizo estragos en su interior durante varios años. Entonces Louis fue invitado a un servicio evangelístico de Billy Graham. Al principio, Louis se resistió al mensaje evangélico de esperanza, pero finalmente se rindió a la llamada de entregar su vida a Dios. A partir de ese momento, la vida de Louis fue verdaderamente redimida. Fue liberado de los miedos que arrastraba de la guerra y liberado de su adicción. El libro describe maravillosamente su viaje de regreso a Japón, donde pudo perdonar personalmente a quienes habían sido tan crueles con él.

Cuando leí el libro, descubrí que pronto sería el cumpleaños #94 de Louis. Al encontrar su dirección en Internet, aproveché la oportunidad y le envié una tarjeta, compartiendo lo mucho que apreciaba su historia. Para mi asombro, me contestó dos veces. Cada nota llegaba en una pequeña hoja de papel con los anillos olímpicos en relieve. Una de las notas la firmó con la referencia Isaías 9:6. Este versículo lo escuchamos a menudo en Navidad:

Porque nos ha nacido un niño,
    se nos ha concedido un hijo;
    la soberanía reposará sobre sus hombros
y se le darán estos nombres:
    Consejero Admirable, Dios Fuerte,
    Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Si hubo alguien que entendió la paz fue Louis Zamperini. Había sufrido casi todo tipo de confusión posible y estaba siendo destrozado por un comportamiento autodestructivo cuando llegó a conocer al Príncipe de la Paz. Louis reconoció que Dios había intervenido y le había protegido. A veces, había sentido la presencia de Dios persiguiéndole, sosteniéndole en la hora más oscura. Al entregar su vida a Dios, experimentó el amor, la paz, la gracia, el perdón y la cura que sólo Dios puede dar. Estos son los mayores dones que podemos conocer. El don de la paz interior sólo puede venir del Príncipe de la Paz.

El libro de Isaías nos dice

Al de carácter firme
    lo guardarás en perfecta paz,
    porque en ti confía

Confíen en el Señor para siempre,
    porque el Señor, el Señor mismo, es la Roca eterna. (26:3,4)

La confianza surge cuando sabemos que nos cuidan. Jeremías 31:3 describe el amor de Dios por su pueblo donde declara: "Con amor eterno te he amado". David dijo en el Salmo 23:6 "Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me perseguirán todos los días de mi vida, y viviré en la casa del Señor para siempre". (NLB)

Para algunos, como Louis, Dios nos persigue en un lugar desesperado. A mí me atrajo un Dios que se preocupaba por mí. Un simple versículo me enseñó: "Le amamos porque Él nos amó primero". Dios me ayudó a entender que Él era real. Lo hizo muchas veces satisfaciendo necesidades específicas. Lo ha hecho sosteniéndome, particularmente cuando la vida es dura. Cuando no tenía fondos para la universidad, cuando mi trabajo estaba en peligro, cuando necesité una cirugía de emergencia, Dios me dio paz y confianza en Su cuidado para mí. 

Acojamos el don de la paz de Dios en nuestros corazones, seguros de este conocimiento:

Somos perseguidos por el Príncipe de la Paz.

Somos amados por el Príncipe de la Paz.

Para esto nació Él.


ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Linnea Tideman siempre ha disfrutado compartiendo historias. Su infancia en New Hampshire y su herencia sueca le han proporcionado una gran cantidad de experiencias, pero también la base de su fe. Le gustan los proyectos creativos, los viajes, los libros, la costura, la jardinería, pero sobre todo la hospitalidad, a menudo organiza elegantes tés y ocasionalmente algo grandioso como recrear la cena en el Titanic. Sirve en los ministerios de UrbanPromise y Good Neighbors. Linnea vive en Landenberg con su esposo Dave. Tienen tres hijas mayores. Ella espera que sus escritos reflejen cómo Dios continúa revelándose a nosotros como nuestro pastor y Salvador.

ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA

Liliana Daza es la hermana mayor de 4 hijas de una familia colombiana muy conservadora. Oriundos de un pequeño pueblo ubicado en el Oriente de Colombia en frontera con Venezuela donde creció y pasó su niñez. Luego se mudó a la capital para terminar sus estudios superiores en el área de tecnología. En el año 2011 se trasladó a los Estados Unidos junto con su familia debido a una oportunidad laboral. Desde temprano, Liliana ha sentido un llamado para servir y apoyar a la comunidad, por lo que aprovecha cada oportunidad que Dios pone en su camino para este propósito. Liliana disfruta de un buen café negro, viajar, comer buena comida, especialmente cuando viaja. Liliana hace parte de la Iglesia Willowdale en español casi desde sus inicios.