Unconditional love

Lo que una madre pájaro nos enseña sobre el amor de Dios

A principios de esta primavera encontré un pequeño nido de pájaro encajado en la corona de mi puerta principal. Tenía cinco pequeños huevos azules. Lo primero que pensé fue en lo dulce y bonito que era, y lo segundo que se me ocurrió fue quitarlo porque no quería ensuciar el porche. Después de estudiarlo, leí que la madre abandonaría el nido si lo movía, así que decidí dejarlo. Los huevos tardan dos semanas en salir del cascarón y luego los pájaros abandonan el nido. Decidí que podía lidiar con el nido durante un mes. 

Mirando por mi ventana a los pajaritos.

Le cogí mucho cariño. Nadie podía entrar por mi puerta porque no quería molestarlos. Me fijaba a diario para ver qué pasaba. Una mañana experimenté una gran alegría cuando descubrí que había cinco pajaritos en el nido. Mi puerta de entrada tiene una ventana de cristal en la parte superior, así que se podía mirar a través de ella y ver la actividad en el nido. Se podía observar a la madre, que se acercaba y alimentaba a los pajaritos. Cuidaba mucho de sus polluelos y cada día crecían más. Pero un día, unas dos semanas después de nacer, ¡desaparecieron! Abrí la puerta con miedo para ver si se habían caído, pero no, habían emprendido el vuelo. Debo admitir que cuando miré el nido vacío, me entristecí un poco. 

Había estado compartiendo mi viaje diario sobre el nido con mi hijo, que se mudó a la Costa Oeste hace unos años. Esta fue la respuesta de texto de mi «pajarito» que había abandonado mi nido: «Era una metáfora predecible. Esos pájaros te siguen queriendo aunque ya no vivan en tu puerta. Y esos pájaros están muy agradecidos de que les dieras un espacio seguro para que pudieran aprender a desplegar sus alas». Puedes insertar aquí varios emojis de lágrimas y ojos llorosos.

Cuando empecé a pensar en la metáfora que presentaba este nido de pájaros, me vino a la mente una imagen clara de Dios. Pensé en Dios, el padre protector que provee y cuida a sus hijos. Normalmente consideramos a Dios el Padre, pero en este caso, creo que está bien ampliar nuestro pensamiento para incluir el amor maternal de Dios. El amor de una madre es similar al amor de Dios en el sentido de que ambos son nutritivos, protectores e incondicionales. (Desafortunadamente, no siempre es cierto en el caso de las madres terrenales, pero SIEMPRE es cierto en el caso de Dios.) Hay muchos versículos que hablan de que el amor de Dios es como el de una madre. Dos ejemplos se encuentran en Isaías:  

«¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho y dejar de amar al hijo que ha dado a luz?Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré!” (49:15) 

 “Como madre que consuela a su hijo, así yo los consolaré a ustedes;….” (66:13)

Tómate unos momentos, siéntate con la metáfora del pajarito y reflexiona sobre los siguientes versículos. Observa cómo Dios cuida de ti. Observa cómo quiere que acudas a Él en busca de refugio y protección.

Lo halló en una tierra desolada,

    en la rugiente soledad del yermo.

Lo protegió y lo cuidó;

    lo guardó como a la niña de sus ojos;

como un águila que agita el nido

    y revolotea sobre sus polluelos,

que despliega su plumaje

    y los lleva sobre sus alas. Deuteronomio 32:10-11 (NVI)

pues te cubrirá con sus plumas

    y bajo sus alas hallarás refugio.

    Su verdad será tu escudo y tu baluarte. Salmo 91:4 (NVI)

Ten piedad de mí, oh Dios;

    ten piedad de mí, pues en ti me refugio.

A la sombra de tus alas me refugiaré,

    hasta que haya pasado el peligro. Salmo 57:1 (NVI)

 “…»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!” Mateo 23:37b  

¿Qué nos dice esto en nuestra vida cotidiana? Dice que Dios nos ve, nos ama y siempre tiene intenciones positivas hacia nosotros. Él vela por nosotros y quiere protegernos. Dios está siempre con nosotros. Igual que la madre pájaro extiende sus alas sobre sus polluelos para protegerlos de las tormentas, así nosotros podemos refugiarnos en Dios. Esto no significa necesariamente que no vayamos a enfrentarnos a tormentas (a veces con vientos huracanados y lluvias torrenciales), no significa que no vayamos a ser zarandeados y mojados, pero podemos saber que no estamos solos y ser reconfortados por la presencia de Dios.

También podemos extender la metáfora aún más; las palabras de mi hijo también eran ciertas en este caso. No fuimos creados para quedarnos en nuestro pequeño nido cristiano. Debemos estar dispuestos a aventurarnos fuera. Debemos estar dispuestos a ir y compartir el amor de nuestro padre celestial con el gran mundo que nos rodea. Debemos estar dispuestos a extender tanto nuestras alas como las buenas nuevas.

No hay lugar en el que preferiría estar que a la sombra de Sus alas. 


ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Bonnie Kotler y su esposo Mitch tienen dos hijas, tres hijos, cuatro nietos y tres perritos. Fue ama de casa durante muchos años antes de regresar a la fuerza laboral después de recibir su Maestría en Consejería y Relaciones Humanas de la Universidad de Villanova. Ella es una consejera profesional licenciada en The Peacemaker Center y en su consultorio privado, True North Counseling. Bonnie ha estado en el equipo de enseñanza del ministerio de mujeres de Willowdale desde 2012. Los estudios Bíblicos han sido una parte importante en su caminar como creyente, y a su vez, le encanta ayudar a otras mujeres a encontrar la paz con Dios y crecer en su fe. Le gusta escribir material para el estudio Bíblico, leer ficción, pasar tiempo con la familia y hacer cualquier cosa bajo el sol. A Bonnie le encanta reír y considera que la risa es la mejor medicina. Salmo 126:2

ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA

Maritza Zavala Smith nació en Guanajuato, México, y se trasladó a los Estados Unidos cuando tenía siete años. Estudió Salud Pública en Penn State, donde conoció a su esposo. Llevan 8 años casados y tienen dos niños gemelos y una bebe. A Maritza le encanta viajar y bailar salsa. Cuando no está deleitándose con el té verde matcha con leche y estando al aire libre con sus seres queridos, puedes encontrarla aventurándose con su tribu a través de los libros.


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