agua viva

Llenar el vacío en nuestra vida con agua viva

En mi estudio bíblico de este semestre estamos leyendo «Encuentros con Jesús» de Timothy Keller. Uno de los encuentros que explora es el de la mujer junto al pozo. Esta es una historia familiar para la mayoría, pero quiero echar un vistazo a un aspecto de esta. 

En Juan 4, Jesús, en el momento más caluroso del día, rompiendo todo tipo de barreras culturales, va a un pozo. Allí se encuentra con una mujer y le pide de beber. Ella está confundida porque Él es judío y ella es una mujer samaritana y esos dos grupos no se mezclaban. «¿Cómo puedes pedirme de beber?», le pregunta. Jesús le responde: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, se lo pedirías a él y él te daría agua viva.» (Juan 4:10)

Después de más discusión, resulta que esta mujer estaba buscando otras cosas - hombres - para llenar su sed interminable. Jesús le estaba ofreciendo Agua Viva para llenar ese vacío. 

Esto me hizo pensar sobre con qué trato de llenar los vacíos de mi vida, en lugar de Él, en lugar del Agua Viva. Muchos de estos «rellenos» en sí mismos no son incorrectos o malos, pero en exceso pueden llegar a ser poco saludables y ocupar el lugar de Aquel que dio Su vida por nosotras. 

En «Encuentros con Jesús» Timothy Keller lo expresa de esta manera: «Todo el mundo tiene que vivir para algo, pero Jesús argumenta que, si él no es esa cosa, te fallará.... te esclavizará». (p. 28) Así que te hago las mismas preguntas: ¿Para qué vives? ¿Qué te esclaviza?

Tal vez sean las redes sociales. Te encuentras haciendo scroll y el tiempo se te escapa. Antes de que te des cuenta, te estás comparando a ti misma y a tu vida con los que ves en tu perfil. Empiezas a sentir que no eres suficiente y redoblas tus esfuerzos por hacer más y ser más para impresionar a tus seguidores. 

Tal vez sea el exceso de comida o alcohol. La mentalidad de «darse un capricho» se ha convertido en un hábito diario. Cuando los sentimientos amenazan con desbordarte, recurres a sustancias para calmarte. 

Quizá sea el éxito y el dinero. Si te ascienden, serás feliz. Si te suben el sueldo significará que has «llegado».

Puede que sea el sueño o la pereza. Podría ser darle a « repetición » una vez más y tener que apresurarte para salir a tiempo o relajarte con un episodio tras otro de Netflix. 

O todo lo contrario: Tal vez sea el ajetreo. Si no paras de hacer y puedes llenar tu vida de tareas y listas de pendientes, te sentirás satisfecha y realizada.

Quizá sean las relaciones. Ser popular y querida te sienta muy bien. O puede que tu autoestima provenga de la atención de un hombre. Puede que esperes que un hombre satisfaga todas tus necesidades.

O, tal vez, es algo totalmente distinto. 

Esto no pretende condenarte ni hacerte sentir vergüenza. Jesús no avergonzó a la mujer del pozo, pero la hizo reflexionar. ¿Cómo podemos ser más conscientes de nosotras mismas e intentar llenarnos de Agua Viva que viene de nuestro interior en lugar de fuentes externas que nunca nos saciarán?

Otra cita del libro que me impactó fue: «Y Jesús dice: “A menos que me adores, a menos que yo sea el centro de tu vida, a menos que trates de saciar tu sed espiritual a través de mí y no a través de otras cosas, a menos que veas que la solución debe venir de adentro en lugar de pasar por fuera, entonces todo lo que adores te abandonará al final”». (p. 30)

Todos adoramos algo. ¿Qué estás adorando? Si, como yo, te encuentras esclavizada y adorando cualquier cosa que no sea a Jesucristo, es tiempo de poner esas cosas al pie de la cruz y permitir que nuestro Salvador te refresque y llene de esa Agua Viva  interminable.


ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Danielle (Dani) Rupp creció en un pequeño pueblo de Ohio y es una verdadera fanática de los Buckeyes, aunque trata de no ser odiosa al respecto. En 2011 llegó a Pensilvania para obtener su Maestría en Trabajo Social. Después de la graduación Dani aceptó un puesto como terapeuta de salud mental para niños y adolescentes en Coatesville. También fue niñera durante varios años. Durante ese tiempo vivió en Kennett Square y asistió Willowdale Chapel. Regresó hace varios años del sur de Asia, donde aprendió a tolerar la comida picante y a cruzar las carreteras sin ser atropellada, además de ser voluntaria en la Misión Internacional de Justicia en su Departamento de Atención Posterior. En su tiempo libre, Dani disfruta de ir a viajes misioneros/viajes, correr, leer, y conectarse con sus seres queridos-preferiblemente con un café y un dulce.

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Silvia Cubos nació en la ciudad de México, y se crio en la ciudad de Toluca, es la mayor de 5 hermanos. Estudió comunicación y después de graduarse llegó a este país en 1996 donde tuvo la oportunidad de estudiar Ingles y Educación temprana. Silvia ha trabajado como maestra, interprete y trabajadora social. Desde los 17 años Silvia ha sentido el llamado de servir al Señor y orar por las necesidades de otros, ahora lo hace en Willowdale en Español desde 2019. Silvia disfruta cocinar comida mexicana, caminar al aire libre con sus dos hijas y su perro; para terminar el día le gusta disfrutar de un helado de fresa.