Es un año nuevo. Mucha gente está ansiosa por hacer cambios. Muchos están reflexionando sobre el año pasado y los avances logrados. Es un nuevo comienzo, un nuevo comienzo. Debería ser emocionante, fresco y motivador.
Pero tal vez te sientes un poco como yo. Estancada. Mirando el año pasado y no viendo el crecimiento que te gustaría. Los fracasos parecen cobrar gran importancia y el progreso ha sido lento. Los nuevos hábitos quedaron en el camino. Los objetivos olvidados hace mucho tiempo. Y tal vez, como yo, te sientas un poco desanimada, o muy desanimada.
Mientras revisaba el año 2023, me sentí decepcionada conmigo misma… y, para ser honesta, tal vez incluso un poco decepcionada con Dios. Realmente quería hacer cambios. Realmente deseaba hacer todas las cosas que sé que serán buenas para mí y, sin embargo, me quedé corta. Oré pidiendo ayuda y sentí que no llegaba nadie. Pedí motivación y valor para hacer las cosas difíciles, pero caí en los mismos malos hábitos, en el mismo surco en el pavimento, profundizando cada vez más en ese "estancamiento". Abrir nuevos caminos es difícil y no he estado a la altura.
No ayuda que tiendo a pensar en blanco y negro. La respuesta es sí o no. No es tal vez. Hay un camino correcto y un camino incorrecto. Esto es problemático porque me resulta difícil ver las pequeñas victorias como un progreso. No voy a correr una media maratón, así que ¿por qué empezar a correr? Me excedí en el almuerzo, así que todo el día está perdido. Presioné el despertador y me levanté tarde, así que ¿por qué intentarlo a la mañana siguiente? Entiendes la idea. Quizás hagas algunas de las mismas cosas.
O a veces me pongo una meta demasiado ambiciosa y puedo alcanzarla por un tiempo, pero no es sostenible. Entonces vienen las voces negativas. “Nunca harás esto…” “Siempre serás aquello…” Entonces, simplemente me rindo y termino de nuevo en los viejos hábitos, tranquilizadores pero destructivos. Y antes de que te des cuenta, ha pasado otro año y parece poco o nada que mostrar.
Pero mientras contemplaba mis fracasos percibidos del año pasado, Dios me recordó este versículo y me dio una nueva perspectiva.
Isaías 43:18-19 (NVI)
“Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya esta sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto y ríos en lugares desolados”.
Es bueno reflexionar y ser consciente, pero no es bueno quedarse estancada ahí. Incluso si fue un año realmente bueno y quieres aprovechar la ola de su impulso, este versículo nos dice que, si constantemente miramos hacia atrás, nos perderemos lo que Dios está haciendo en este momento. En muchos sentidos me siento como si estuviera estancada en una isla desierta sin dirección, pero Dios está abriendo un camino, incluso cuando no puedo sentirlo. Él está en el proceso de convertir el desierto en un río, si tan sólo yo pudiera tener ojos para verlo.
El desafío para mí es recordar lo bueno y lo malo del 2023, pero no quedarme estancada en ello. Es recordar que Dios está haciendo algo nuevo cada día, y debería estar emocionada de colaborar con Él en eso. Es establecer una meta que sea alcanzable, como tratar de levantarse 15 minutos más temprano para escuchar algunas alabanzas, adorarle y estirarme o dar una caminata rápida y saber que eso está bien. Puede que no sea mucho, pero es un comienzo. Y empezar es mucho mejor que quedarse estancada.
Photo by Vlada Karpovich
ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA
Danielle (Dani) Rupp creció en un pequeño pueblo de Ohio y es una verdadera fanática de los Buckeyes, aunque trata de no ser odiosa al respecto. En 2011 llegó a Pensilvania para obtener su Maestría en Trabajo Social. Después de la graduación Dani aceptó un puesto como terapeuta de salud mental para niños y adolescentes en Coatesville. También fue niñera durante varios años. Durante ese tiempo vivió en Kennett Square y asistió Willowdale Chapel. Regresó hace varios años del sur de Asia, donde aprendió a tolerar la comida picante y a cruzar las carreteras sin ser atropellada, además de ser voluntaria en la Misión Internacional de Justicia en su Departamento de Atención Posterior. En su tiempo libre, Dani disfruta de ir a viajes misioneros/viajes, correr, leer, y conectarse con sus seres queridos-preferiblemente con un café y un dulce.
ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA
Ana León nació en México y emigró a los Estados Unidos a los 9 años. Vivía en Kennett Square, pero su familia se mudó a Delaware, donde Ana conoció a su novio de la secundaria con quien ha estado casada por más de 10 años. Son padres de dos niños, uno de 11 años y otro de 9 años. Ana ha traducido e interpretado profesionalmente por más de 11 años. Se unió a Willowdale En Español en el 2018 y es una de las intérpretes del servicio. En su tiempo libre le gusta ir a la playa, pintar, leer, y escribir. Ana está muy emocionada de ser parte del blog porque siente que es una forma para que las mujeres se conecten y sigan acercándose a Dios.